jueves, 17 de octubre de 2013

Lo Que Hice Con Aquel Suéter...

No suelo elegir un día fijo de la semana para limpiar mi cuarto, pero lo que no cambio para hacerlo, es la noche. Limpiar mi cuarto de noche es algo que ya tengo por costumbre y procuro hacerlo por lo menos una vez a la semana. Siempre que lo hago, pareciera que llevara buen rato sin limpiar y en ocasiones termino deshaciéndome de un montón de cosas que en la limpieza anterior no pensé botar.

Una noche de esas de limpieza profunda, me encontré con un suéter blanco que pensaba echar a la basura, si no me daba por utilizarlo de limpión para terminar bien el aseo. El suéter en sí no estaba en tan mal estado, su único defecto era que había perdido algo de color, además de que se había deshilado y manchado en algunas partes, pero de ahí, bien resistía una guerra. El caso es que, como le ocurre a muchos, no cuento con suficiente dinero como para comparar ropa a cada rato, y botar y volver a comprar más, y botar y comprar más, y botar y volver... entonces, viendo que al suéter aún le quedaba algo de vida, antes de pasar a ser trapo para limpiar, busqué un lápiz, borrador, hojas de papel, cinta adhesiva, un exacto, algunos tarritos de pintura acrílica, varios pinceles y me dispuse a hacerle algunas modificaciones.

Nunca se me ocurrió qué podría hacer exactamente con el suéter, pero sí pensé en colocarle unas letras en la parte de enfrente para ocultarle un poco las manchitas que tenía. En sí era una frase cursi: "té quiero", pues a mí me encanta el té. Si el resultado no era muy de mi agrado, por lo menos me quedaba para usarla a la hora de dormir...








Y...
Ta-Dan!

El resultado:


No me quedó perfecto, pero me gusta cómo se ve, además de que logré prolongar el tiempo de vida de una prenda que pude haber tirado. Ahora sé qué hacer con un suéter antes de desecharlo...

miércoles, 9 de octubre de 2013

Usted Puede Ser Un Asesino

Me encontraba acostado en mi cama, haciendo nada, cuando de repente entró una llamada a mi celular. Pegué un brinco, lo alcancé y respondí. Era un amigo que llamaba para preguntarme si estaba muy ocupado como para que lo acompañara al auditorio del colegio en el que recibe clases, a ver una obra de teatro que presentaría su salón. Él no tenía que participar, pero sí debía ir para que su profesora de literatura, la organizadora de la obra, tomara en cuenta su asistencia como nota de clase.

Dejé todo tirado, me bañé rápido y me alisté en tiempo record para salir a encontrarme con mi amigo. De camino me dio hambre y a él también se le abrió el apetito, así que decidimos ir a un McDonald's que queda cerca del colegio, a comernos cada uno un buen combo de hamburguesa con papas fritas y refresco (té frío para mí, Coca-Cola para él), antes de irnos al auditorio.

Según mi amigo, al meter papas fritas a la hamburguesa,
se disfruta de todo a la misma vez y no deja de ser rico.

Entrando al colegio.

Entrada del auditorio.

Nos sentamos en la primera fila de la derecha.

La introducción a la obra la hizo un joven súper gracioso, que me hizo reír con ganas desde que apareció caminando entre el público y saltó al escenario, hasta que desapareció por la abertura del centro del gran telón rojo, que aún no se había esparcido, mientras se despedía deseando que disfrutáramos de las actuaciones. El telón se abrió momentos después, mientras pensaba que si así había empezado, seguro se pondría mejor

En resumen:

El escenario: la sala de una casa.

La trama de la obra se centraba en la vida de un hombre llamado Simón, quien junto a Enrique, su mejor amigo y ratita de laboratorio, está por disfrutar de un verano lleno de diversión, con bebidas alcohólicas, música, mujeres... en fin, un verano totalmente diferente a todos los veranos aburridos que había soportado al lado de su esposa Margarita, quien por defecto era muy olvidadiza, bulliciosa y no podía mantenerse callada. Ahora que ella no estaba en casa, gracias a un viaje que se le había presentado junto a Brigitte, la esposa de Enrique, ellos iban a disfrutar de lo que habían estado esperando, aprovechando que sus esposas se encontraban lejos.

Enrique, esperando a Simón, que fue por una botella de leche.

En eso un hombre desconocido se aparece dentro de la casa y hasta se toma la molestia de beber un buen trago de la leche que no hacía mucho Simón había colocado sobra una mesita en la sala, luego de haberla recogido frente a la puerta principal, donde el lechero solía dejarla a diario. Al verlo Simón, salió correteándolo por toda la casa hasta que el hombre amenazó con contarle sus sucios planes a amabas esposas, a menos que le dieran una jugosa cantidad de dinero.

Aquí claramente se ven la sombra de mi amigo y la mía.
Ah, sí, y también a Simón discutiendo con el hombre desconocido...

Simón siguió intentando atrapar al desconocido cuando en eso el hombre cae, aparentemente muerto, al sufrir un golpe contra una pared de la casa, gracias a un empujón que le dio Simón.

Ocultando al muerto.

Minutos después regresan las mujeres, pues a Margarita se le había olvidado en casa las llaves del apartamento al que iban. Justo en ese momento llegó la policía, gracias a que una vecina metiche les llama, pues sospechaba del muerto en la casa de Margarita y lo confirmó al ver el cadáver en un intento frustrado de Enrique y Simón de sacarlo. Así que ambos, junto a sus esposas que acababan de llegar, son hallados sospechosos de asesinato.

La vecina metiche y su novio el doctor.

Al final, después de interrogar a cada uno, se descubre que el muerto en sí no murió por culpa de Simón, sino gracias al trago de leche que se había tomado antes, lo que lleva a Simón a sospechar que su esposa quería envenenarlo para quedarse con su dinero.


Las dudas se disipan cuando el doctor, quien era novio de la vecina metiche y a la vez era médico de su tía, aparece con una pistola maldiciendo a Simón y a su amigo, por haber tomado el envase de leche equivocado, el cual iba destinado a la tía de su novia, que poseía mucho dinero y aún no terminaba de morirse para que de una buena vez le dejara la herencia a su sobrina.

Se descubre quién era el verdadero asesino.

Cuando se resuelve el caso.

La astucia de Simón permitió mantener entretenido al asesino, haciendo el tiempo suficiente hasta que llegaran los policías en el momento preciso para detener al verdadero asesino y resolver el caso del asesinato por envenenamiento que tomó la vida equivocada.

Fin de la obra.

La organizadora de la obra.

Todos los actores.

La obra estuvo excelente, aunque el final no lo disfruté mucho, pues el vasote de té frío que me había tomado me quiso mandar al baño a orinar, pero el talento en el escenario hizo que me aguantara las ganas, pues no quería perderme nada, mucho menos el final, que ya se estaba acercando pero nada que llegaba.

La obra demoró alrededor de dos horas seguidas, full actuación, pero según alcancé a oir en las palabras finales de agradecimiento de la organizadora, la actuación fue el producto de alrededor de cinco meses de prácticas y ensayos. La audiencia notó el resultado, pues la actuación fue impecable y si hubo errores, almenos yo no los noté, pues los supieron camuflar bastante bien. De todas formas, suelo seguir esa frase que dice "no juzgues una obra de arte por sus defectos".

Me gusta este tipo de eventos que realzan la cultura y entretienen de una forma que en la actualidad es subestimada. Estoy ansioso por ser parte de la audiencia o incluso del elenco de una próxima obra de teatro. Ojalá sea tan buena como la de "Usted puede ser un asesino".

sábado, 5 de octubre de 2013

Bleach en la cabeza

Después de graduarme del colegio, me empecé a dejar crecer el cabello, pues siempre había querido dejármelo crecer y tenía pensado hacerlo apenas terminara la secundaria, porque ya no habría qué me lo impidiera. Ahora que había salido, por fin podría llevarlo largo, por lo menos durante algún tiempo y ver qué tal. Nada de rebeldía acumulada, no.

Dic. 2012, día de mi graduación y de empezar a dejarme crecer la melena.

Llevaba desde diciembre sin cortarme el cabello y habían pasado ya más de cuatro meses que no le pasaba una tijera. Mi cabeza empezando a tomar forma similar a la de una oveja, así que uno de los primeros días de mayo, luego de clases, pasé a un salón de belleza a preguntar por alguna recomendación para mi cabello, aceptando escuchar cualquier cosa que no tuviera mucho que ver con cortarme bastante cabello.

Dos días después me encontraba en el salón de belleza teniendo en la cabeza un resultado muy distinto a lo que me habían dicho que me harían. Por fortuna la señora que me atendió sólo me había cortado cabello de arriba y de a los lados; aún no había pasado a cortar la parte de atrás. Le dije que se detuviera un momento mientras me veía bien en el espejo. No me gusta hacer lo que hice a continuación pero, tuve que fingir una sonrisa mientras la veía a través del espejo.

"Era justo lo que quería. Ya, puede dejarlo así. ¡Perfecto!", le dije y antes de ponerme de pie y quitarme la capa, pregunté cuánto dinero sería por el corte. Al instante me dispuse pagar.

Aparentemente la señora notó mi cara de insatisfacción disfrazada de gratitud y emoción, y se atrevió a decirme que regresara si al final no me simpatizaba el corte, que por $3 más podría "mejorarlo". Y pensar que en casa mi papá con su máquina corta pelo me habría hecho algo mejor, lo mismo o algo peor, pero de gratis.

Más o menos un mes después del chasco en mi cabello... "recuperándose"...

El tiempo avanza y no se detiene ni un segundo. Mi cabello volvió a crecer y quedó bastante parejo(?), para como lo tenía. Frecuentemente pienso que hay más puntos negativos de tener cabello largo, que buenos, por ejemplo los peores: da mucho calor y me dificulta el peinarme, lo que me ha llevado a considerar la posibilidad de cortarmelo, pero siempre termino dándome ánimos para dejarlo crecer un poco más y continúo cargando mi alboroto por doquiera que voy.

He pensado en que antes de cortarmelo, debería hacerme algo para "aprovechar" que llegué al largo que he logrado. Estoy considerando la idea de quemarmelo plancharmelo, teñirlo, hacerme trencitas, rastas o no hacerle nada y donarlo a alguna institución, en caso de que me lo acepten. Pero de repente se me ocurrió hacerme un par de mechones de color amarillo (decoloraciones) en la parte de atrás. Entones me fui a la farmacia a comprar los únicos dos ingredientes que necesitaría: bleach y peróxido, pues en casa tenía los utensilios (improvisados) para crear la mezcla.


Invertí unos $3 en ambos productos
Me quedó suficiente para futuras aplicaciones

Apariencia de la mezcla resultante

Tuve que dejar la mezcla sobre el cabello durante
unos 25 min, pues estaba costando que decolorara

Los mechones son pocos y prácticamente sólo se ven bajo la luz del sol. Pero ahora me gustaría probar con otro color y en más áreas. A ver qué termino haciéndole a mi enredo...

martes, 1 de octubre de 2013

La Lectura, los Books y Yo

Cuando leo me distraigo fácilmente. En ocasiones tengo que releer un párrafo completo, pues al terminar, me doy cuenta de que no presté atención a lo que recién leí. A veces me pregunto qué pasaría si me hicieran una prueba de conocimientos adquiridos o una evaluación de la trama de un libro que acabo de leer. Fijo colapsaría, pues si mi habilidad para recordar nombres de lugares, características o acciones de personajes principales es mala, no digamos de los nombres y acciones de personajes secundarios... Y no es mi consuelo que no sea el único al que le pasa eso.

A mí me gusta mucho la lectura pero, la verdad creo que no es una actividad que se me da muy bien. Hay ocasiones en las que tengo que forzarme cuando quiero leer pero mis ánimos no me acompañan, que aunque suene contradictorio, a veces me ocurre. Es así como hasta ahora he terminado de leer varios libros, que por cierto, la lista de libros que he leído no es muy grande.

Hace un par de meses atrás fui con mis padres a un centro comercial y le pedí a mi mamá que me acompañara a la librería del mall, mientras mi papá hacía algunas compras en una tienda cercana. Adoro a mi mamá. Ese día regresé a casa con el libro “El Príncipe De La Niebla” de Carlos Ruíz Zafón. Me tomé mi tiempo para leerlo y luego se lo regalé a un primo, que también lee de vez en cuando, como a mí.

Lo que más me gustó de esta obra fue lo fácil de leer que es.

A pesar de que tengo una inmensa biblioteca virtual en mi computadora, y varios libros físicos que no he leído y quiero leer (“La Odisea”, por ejemplo), me comían las ganas de comprarme uno nuevo, así que un día que salí, me dejé llevar por un impulso y fui a una librería, donde justo al entrar, el primer libro que vi fue “El Vendedor Más Grande Del Mundo”.

El libro se encontraba junto a otro poco de libros colocados en un estante detrás de la cajera, como para que nadie los pudiera alcanzar y toquetearlos. Observé de arriba abajo, de derecha a izquierda, en busca de otro libro que me llamara la atención para tener como segunda opción, pues ya llevaba la primera. Recuerdo que había varias obras de Paulo Coelho y una de Harry Potter, pero yo salí contento con mi nuevo libro de la historia del joven camellero. La cajera quedó contenta con sus $13.95.

La cara de la señora que me vendió el libro (antes de comprarlo)

Conocía el libro por su título, pues el año pasado un señor me lo había estado recomendado casi cada vez que me veía. Poco a poco fue disminuyendo su insistencia, aunque este año en varias ocasiones me lo volvió a recomendar y ya cuando lo tuve en mis manos y lo empecé a leer, me di cuenta de por qué me lo había recomendado tanto. Su contenido me gustó y aunque por distintos motivos había pensado y decidido no hacer más videos hasta cuando me mudara y estuviera bien acomodado, o sea, el próximo año, pensé que valía la pena estresarme un poco y hacer una pequeña video reseña del libro. Igual pienso que si continúo haciendo videos, lo más probable es que se traten de resúmenes o reseñas de libros, de tutoriales o algo así. Es lo que siento que se me da mejorsito.

Mi reseña de El Vendedor Más Grande Del Mundo:

Queda claro que el libro lo recomiendo al 1000%.
Es una excelente obra de reflexión y autoayuda.

Si de repente te gustaría leerlo y no sabes cómo conseguirlo, házmelo saber y te lo facilito.