miércoles, 24 de julio de 2013

Hambre en la noche

Uno de estos días desperté a las 10 de la noche, que por motivos de cansancio me había quedado dormido un par de horas antes, y luego de esas dos horas, mi cuerpo se quiso despertar. Había caído rendido tras uno de esos días en los que no haces mucho, pero terminas cansándote como si hubieras estado en actividad todo el tiempo. Me levanté de la cama y me di cuenta de que el cansancio ni siquiera me había dado oportunidad de cambiarme de ropa por algo cómodo.

Mientras los pensamientos en mi cabeza empezaban a encajar y los recuerdos del día reaparecían, examiné cómo quedaron acomodadas las cosas que había sobre mi cama para cuando me fui a acostar, y esta no parecía más que un rectángulo con una hilera de prendas de vestir y algunos objetos en un extremo largo, pues en el otro había estado acostado yo. En ese momento empecé a sentir en mi estómago la picazón de un creciente hambre, que de un pronto a otro hizo un sonido parecido al rugir de un león. Mi cabeza se encontraba ahora pensando en qué podría comer para saciar tan agudo apetito... a esa hora.

Volé a la cocina, abrí gaveta por gaveta y la puerta del refri, en busca de algo práctico y fácil de servir. Algo que no necesitara de mucha preparación, pues la pereza natural luego de una dormidita me agobiaba en ese momento. No tardé en darme cuenta de que todo lo rico brillaba por su ausencia. Mientras pensaba en alternativas, me di la vuelta y en eso vi unas papas en el estante de las verduras.

Pa-pas fri-tas!", pensé en voz alta...

A la vez que pelaba las papas y las echaba en la ollita con aceite burbujeantemente caliente - que parecía que los ángeles me la habían dejado lista, porque sabían ellos que me iba a levantar a esas horas a prepararme algo para comer y al no encontrar nada, me freiría unas papas, entonces se tomaron la molestia de dejarla ahí, para que yo solo tuviera que encender la estufa y menear las papas - pensaba en un montón de cosas, entre ellas: “¿quién habrá inventado el pelapapas?”, que sin siquiera imaginar en qué situación se vería su inventor como para haberlo creado, “bendito seas por hacerme el trabajo más fácil”, dije como quien piensa en voz media alta.

...Y me tomó esto:








Para obtener esto:


Sí, al final disfruté de unas ricas y saladitas papas fritas con huevo frito “duro” y un charco de ketshup picantito a un lado del plato (medio dañino a cualquier hora, lo sé, pero bueno...), acompañado de una copita de jugo de uva - imaginando que era vino, para sentirme un poco classy -. Entonces reposé, bostecé un par de veces y me fui a dormir.